Historia de las vitaminas

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Introducción

Como sabe, las vitaminas son nutrientes que el cuerpo necesita en pequeñas cantidades. Le ayudan a mantenerse sano y a que su organismo funcione de forma óptima.

Pero, ¿ha reflexionado alguna vez sobre su historia? ¿Cómo se descubrió y bautizó la primera vitamina?

Siga leyendo mientras exploramos los primeros conocimientos y descubrimientos de la nutrición sobre las vitaminas. Aprenderá cómo influyen las vitaminas en la salud pública.

Por último, arrojaremos luz sobre la comprensión actual de las vitaminas y su futuro.

Comprensión temprana de la nutrición

La historia de la comida sana comenzó en la antigüedad. Fue cuando la gente empezó a darse cuenta de la conexión entre salud y alimentación.

En el siglo III a.C., Huang Di Nei Jing proporcionó las primeras directrices dietéticas del mundo. Fue el primer libro médico chino. En él se enumeraban verduras, cereales, frutas y animales específicos para una salud óptima.

Sin embargo, las distintas civilizaciones y culturas antiguas seguían creencias diferentes sobre la alimentación y la salud.

Por ejemplo, en la antigua India, la mayoría de la gente seguía una dieta vegetariana. También se concentraban en los cereales, los productos lácteos y las verduras. La carne era limitada y se reservaba para ocasiones especiales. Se solían añadir hierbas y especias para dar a los platos más sabor y valor nutritivo.

Por el contrario, la antigua civilización romana se centraba en alimentos integrales frescos, sencillos y conservados.

Asimismo, el reconocimiento inicial de la importancia de determinados alimentos para la salud se remonta al II milenio a.C. Fue el Papiro de Ebers, un texto medicinal del Egipto primitivo. En él se describían diversos alimentos para tratar enfermedades. Por ejemplo, sugería que el hígado podía curar la ceguera nocturna.

Fijémonos también en Hipócrates de Cos (un médico griego). Perteneció a la antigua civilización griega en el siglo V a.C. Escribió sobre la relación entre la salud y la alimentación.

El descubrimiento de las vitaminas

Las vitaminas son compuestos orgánicos indispensables para el organismo en pequeñas cantidades. Son micronutrientes cruciales que ayudan al organismo a funcionar con normalidad. Se obtienen de alimentos de origen animal y vegetal y de suplementos dietéticos.

Quizá se pregunte cuándo se descubrieron las vitaminas. Su descubrimiento fue un gran avance que mejoró nuestros conocimientos sobre la salud y la enfermedad. Cada una de ellas se descubrió gracias al trabajo de científicos de distintos campos. Entre ellos había fisiólogos, médicos, epidemiólogos y químicos.

Christiaan Eijkman fue vital en el descubrimiento de la vitamina B1 (tiamina) en 1897. Sus estudios revelaron que el beriberi estaba causado por la falta de algo vital. No se debía a la presencia de algo infeccioso.

En 1906, un bioquímico llamado Frederick Gowland Hopkins propuso los "factores accesorios". Estipuló que estas sustancias estaban presentes en los alimentos y eran esenciales para la vida.

Más tarde, el bioquímico polaco Casimir Funk aisló un factor accesorio del arroz integral. Lo definió como factor anti-beriberi y lo denominó "vitamina" en 1912.

Con ello se refería a una amina vital para la vida. Su hallazgo, aunque correcto, se comprobó posteriormente que no todas las vitaminas eran aminas. Por ello, se eliminó el sufijo "e" de "vitamine" y se denominó vitamina. La sustancia que descubrió se conoció más tarde como niacina (vitamina B3). Aunque él pensaba que se trataba de tiamina (vitamina B1).

La tiamina fue descubierta por el químico japonés Umetaro Suzuki en 1910.

Principales hitos en la investigación sobre las vitaminas

A lo largo del siglo XX, distintos científicos las aislaron e identificaron. He aquí algunos de los principales hitos de la investigación sobre las vitaminas:

Vitamina A

Hacia 1912-1914, Elmer V. McCollum y Marguerite Davis descubrieron la vitamina A. En 1913, Osborne y Lafayette Mendel revelaron que la mantequilla contenía un nutriente liposoluble. En 1920, pasó a denominarse vitamina A.

Vitamina B

Elmer Verner McCollum descubrió la primera vitamina B hacia 1915-1916. D. T. Smith y E. G. Hendrick descubrieron la vitamina B2 en 1926.

Además, Conrad Elvehjem descubrió la estructura química de la niacina (vitamina B3) en 1937. Por su parte, Lucy Wills descubrió el ácido fólico (vitamina B9) en 1931. Al mismo tiempo, en 1934, Paul Gyorgy reveló la vitamina B6 (piridoxina).

Posteriormente, en 1947, el bioquímico estadounidense Karl August Folkers descubrió la vitamina B12 (cobalamina).

Vitamina C

Los bioquímicos Alex Holst y Alfred Fröhlich demostraron que los cobayas pueden desarrollar una enfermedad parecida al escorbuto. Era como si no comieran alimentos específicos. Este estudio se llevó a cabo en 1907. Se ve que la falta de vitamina C causa el escorbuto. Albert Szent-Györgyi, bioquímico húngaro, descubrió la vitamina C (ácido ascórbico) en la década de 1930.

Vitamina D

Edward Mellanby descubrió la vitamina D mientras investigaba el raquitismo (una enfermedad por déficit de vitamina D) en 1922.

Vitamina E

Katherine Bishop y Herbert Evans descubrieron la vitamina E en las verduras de hoja verde. Este descubrimiento se produjo en 1922.

Vitamina K

El científico danés Henrik Dam descubrió la vitamina K durante sus experimentos con pollos y el metabolismo de los esteroles.

En las décadas de 1920 y 1930, comienza el desarrollo de suplementos y alimentos ricos en vitaminas. Por ejemplo, en 1938, Kellogg's sacó un cereal para el desayuno llamado Pep. Estaba complementado con vitamina D y B1.

En la década de 1950, los suplementos vitamínicos empezaron a producirse y comercializarse en masa.

El impacto de las vitaminas en la salud pública

Es posible que sepa que estos nutrientes son esenciales para la salud pública. Es porque desempeñan un papel importante en las funciones de nuestro organismo.

Sin embargo, el ser humano no puede sintetizar la mayoría de ellos. Hay que consumirlos en la dieta. El objetivo es mantener una buena salud y evitar problemas, sobre todo enfermedades carenciales.

Las enfermedades carenciales se producen por la escasez en la dieta de nutrientes esenciales como las vitaminas. Diferentes vitaminas pueden ayudar a evitar diversas enfermedades.

Veamos algunas de las enfermedades carenciales:

  • El escorbuto se produce como consecuencia de una carencia de vitamina C
  • El beriberi se debe a una carencia de vitamina B1 (tiamina).
  • La falta de vitamina D causa raquitismo y se da en niños y bebés
  • La pelagra está causada por una carencia de vitamina B3 (niacina)

Usted puede estar tomando una cantidad adecuada de estos nutrientes a través de dietas o suplementos. De este modo, puede evitar que se produzcan todas estas enfermedades carenciales en su organismo.

Otra forma de combatir estas enfermedades carenciales es el enriquecimiento de los alimentos. Se trata del proceso de añadir nutrientes como vitaminas y minerales a los alimentos. El objetivo es enriquecer su valor nutricional y hacer frente a los problemas de salud pública.

Este proceso se utiliza desde hace casi cien años para combatir enfermedades. Tomemos, por ejemplo, la sal yodada. Es sal de mesa mezclada con pequeñas cantidades de yoduro sódico o potásico. Ayuda a prevenir el bocio (agrandamiento de la glándula tiroides) causado por la carencia de yodo.

Del mismo modo, leche enriquecida significa leche de vaca con nutrientes adicionales. Estos no se encuentran de forma natural en cantidades sustanciales en la leche. Puede ayudar a suplir las carencias de nutrientes de niños y adultos. También puede aumentar la densidad y la fuerza de los huesos.

Además, estos nutrientes influyen significativamente en las políticas mundiales de nutrición y salud. Muchas de estas políticas abordan la resolución de sus deficiencias mediante la suplementación y el enriquecimiento de los alimentos.

Pensemos, por ejemplo, en la agencia mundial sin ánimo de lucro Nutrition International. Lleva unos 30 años suministrando suplementos de vitamina A a niños de países en desarrollo. También ha ayudado a muchos gobiernos a integrar los programas de vitamina A en sus sistemas sanitarios.

Del mismo modo, abordar y eliminar la desnutrición sigue siendo un gran reto mundial.

Entendimiento moderno e investigación actual

El campo de la investigación y la tecnología de las vitaminas sigue evolucionando. Recientemente ha experimentado muchos avances y progresos.

Pongamos un ejemplo. Nuevas investigaciones sobre la vitamina A han descifrado sus efectos sobre los mecanismos de reparación de las células madre. Además, el uso de adaptógenos como la Ashwagandha va en aumento. Se trata de setas y plantas que ayudan al organismo a combatir el estrés y favorecen el bienestar.

Asimismo, la nutrición personalizada está en auge. En pocas palabras, es la elaboración de un plan de alimentación que incluye recomendaciones dietéticas. Está diseñado especialmente para tu cuerpo y tu estilo de vida.

Por otra parte, también se están realizando estudios genéticos sobre distintas vitaminas. Por ejemplo, se están desarrollando técnicas genómicas. Éstas han aumentado la información sobre la genética relativa al metabolismo de la vitamina B12.

También se sabe que estos nutrientes ayudan a prevenir y tratar enfermedades crónicas. Un consumo adecuado de vitamina B12 y ácido fólico puede prevenir enfermedades como el Alzheimer.

A la inversa, los suplementos vitamínicos también están sujetos a controversias y conceptos erróneos. Esto ha suscitado dudas sobre sus interacciones, seguridad y eficacia.

Las dosis elevadas de vitaminas B6, A y D pueden ser perjudiciales. Pueden provocar su acumulación, que puede ser tóxica para el organismo.

Además, los suplementos vitamínicos pueden provocar malas interacciones con los medicamentos prescritos y causar problemas.

Por último, el debate sobre las vitaminas naturales frente a las sintéticas va en aumento. Las vitaminas naturales proceden de alimentos integrales como verduras y frutas. Suelen considerarse superiores a las vitaminas sintéticas. A la inversa, las vitaminas sintéticas son más fáciles de producir que las naturales. También pueden ser más rentables y potentes.

El futuro de las vitaminas

El futuro de las vitaminas es muy prometedor. El sector de los complementos dietéticos está llamado a experimentar un crecimiento continuo en los próximos años.

Algunas tendencias emergentes que están dando forma a la investigación sobre las vitaminas son:

  • Suplementos cada vez más personalizados
  • Los consumidores prefieren los suplementos a base de plantas, como las hierbas y los productos botánicos
  • El auge de los suplementos que mejoran la salud intestinal e inmunitaria

La investigación sobre los posibles beneficios para la salud de tomar suplementos vitamínicos es continua. Se están realizando multitud de estudios en este apasionante campo. El objetivo es averiguar cómo pueden beneficiarnos aún más los nutrientes.

Se puede ver que hay una innovación continua en los métodos y sistemas de administración de vitaminas. Sigue transformando toda la industria de los suplementos.

Formas como polvos, gominolas y líquidos son nuevas maneras de tomar suplementos a diario. Eso también los hace más fáciles y agradables de consumir. Además, estos métodos de administración garantizan la eficacia de los ingredientes activos de los suplementos. El organismo también los absorbe fácilmente.

Por último, se insiste en la importancia de una alimentación equilibrada. Integrar sus conceptos en la educación pública es primordial. Eso ayudará a cada individuo a tomar decisiones más sanas y a asumir un control adecuado de su salud.

Conclusión

A estas alturas, seguro que ya conoce la historia de las vitaminas.

En resumen, las vitaminas fueron un hallazgo del siglo XX. Antes de eso, personas de diferentes culturas y civilizaciones se dieron cuenta de algo importante. Algunos alimentos eran muy significativos para mantener la salud y prevenir enfermedades.

También debatimos el panorama actual y el futuro de las vitaminas.

Conoció tendencias como la nutrición personalizada y las innovaciones en los sistemas de administración de vitaminas. Todo ello hace que el futuro de estos nutrientes sea muy prometedor. Y ello a pesar de las controversias y los conceptos erróneos que prevalecen sobre los suplementos vitamínicos.